Imprimir esta página

CARLOS KAISER RAMOS / Marca Arte España

Nacido allá por 1851 simultáneamente en Karlsruhe, Barcelona, Sevilla y Zaragoza, empezó a ser Poeta mucho antes de escribir nada. Después vivió en Rabat, Madrid, Segovia, Salamanca, Valencia, Almería y Murcia, al mismo tiempo por años matriciales. Pero siempre adentrado en el Mar, viento y travesía. Ha visitado más de 51 países, mal y a la ligera. Tiene nacionalidad española, francesa, estadounidense e israelí. Las ejerce todas y por todas se emociona. Es frío, distante y alejado. Duro. Tierno. Halcón. Tiene hijos repartidos por el mundo y es descendiente bastardo de Cayo Julio Caesar.

Su primer libro de Poemas publicado, “El viento en los fuegos” (Editorial Sala, 1976), fue de un impacto imborrable en la conciencia pre-constitucional: 32 ejemplares vendidos a 50 pesetas y debidamente firmados en la Feria del Libro de Madrid. A partir de ahí, poemas sueltos en Cuadernos Hispanoamericanos, Litoral, Rutas de Butano, etc. También ha concurrido a varios premios y certámenes: presencia clandestina. Su segundo libro publicado, “El muérdago sagrado” (IEPTL, 2000), la mayor colección de Haikus escrita en español, tuvo una distribución gratuita de 3.000 ejemplares. ¡Hasta es posible que algunos lo hayan leído! Mientras tanto y hasta hoy, pequeñas reuniones y tertulias (Félix Grande, José Hierro, Dimitri el grabador, Alfonso Paso, Fernando Vizcaíno Casas, Agustín García Calvo, Carlos Pascual, Raúl Torres, Luis Suñén, Cesar Antonio Molina) y muchas lecturas a los amigos desprevenidos. Cientos de Poemas más o menos organizados en Libros o Cuadernos. La vida toda. Sin huellas indelebles.

“He leído mucho y todo debe haberme influido. Sin embargo no le reconozco a nadie ascendiente alguno. Cabalgo solo. Un Poema dice o no dice, llega o no llega, todas las demás consideraciones suelen limitarse al toreo de salón o a cosquilleos bizantinos. Como a la mayoría de los Poetas, no suelen gustarme los Poemas de los demás (¿Envidia, desprecio, coraza, distancia?). ¡Y puedo resistirme a todo, menos a la Belleza! ¡Y a la Risa! (Byron decía Tentación)”